Hacia 1870 ya se detectan militantes
despotricando contra el Estado y el Capital en el Perú, pero no es hasta 1904
en que asomarán los primeros grupos decididamente organizados. En ese año se
forma la Unión de Panaderos con clara influencia anarquista, convocándose la
primera huelga en el siempre combativo puerto de El Callao. En 1906 aparece en
Lima el periódico Humanidad y ya en 1910 el Centro Racionalista Francisco
Ferrer editaría Páginas Libres. Tres años más tarde se declara la Huelga
General dentro de la campaña por las ocho horas iniciada por la Unión de
Jornaleros en la que tendrían destacada participación los anarquistas a través
de sus grupos "Luchadores por la Verdad", "Luz y Amor" y
los editores del más significativo periódico libertario peruano: La Protesta.
Esta campaña iría consiguiendo sus objetivos por gremios hasta que en 1919,
desbordado por el desarrollo y proporción de la lucha, el gobierno se ve
forzado a establecer obligatoriamente la jornada de ocho horas diarias en todo
el país. El siguiente paso sería la creación del Comité Pro-Abaratamiento de
las Subsistencias persiguiendo la baja de precios en productos básicos,
transportes e impuestos, dando lugar esta lucha a la aparición de la FORP
(Federación Obrera Regional Peruana) que, de condición anarquista, conseguiría
notables éxitos obreros. Destacados luchadores de esa época serian Delfin
Lévano, Carlos Barba y Nicolás Gutarra entre otros. Aunque, sin duda, la figura
más relevante y con mayor influencia en círculos obreros e intelectuales
resultaría ser Manuel González Prada, cuya memoria es aún reivindicada por los
activistas actuales. González Prada publicaría entre otros significativos
textos: "Páginas Libres" (1894) y "Horas de Lucha" (1908).
A principios de los veinte aparece una nueva organización orientada por
anarquistas: Unión de Trabajadores de Construcción Civil publicándose El Nivel
y El Obrero Constructor. Son años en que la incesante actividad obrera sufrirá
la respuesta represiva del gobierno. Se decomisan las imprentas, se cierran los
locales y se acaba con buena parte de la infraestructura de un movimiento en el
que los anarquistas eran mayoría asesinando a muchos de sus miembros. La ciudad
de Trujillo vivirá todavía un levantamiento auspiciado por jornaleros
anarcosindicalistas, de cuyo protagonismo se adueñaría el APRA (Alianza Popular
Revolucionaria Americana) ya conformado como partido*. Víctima de la represión
y desvirtuado por los incipientes partidos políticos, el movimiento obrero
perdería la fuerza adquirida fundando algunos de los supervivientes la
Federación Anarquista del Perú a través de la cual se mantendría vivo, aunque
ya de forma mucho más minoritaria, el pensamiento libertario, reeditando
durante dos años La Protesta y publicando documentos sobre el anarcosindicalismo
en el Perú hasta que desapareciera en los anos sesenta.
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Cartel Primero de Mayo de 1907 en Lima |
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Cartel Primero de Mayo de 1907 en Lima |
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Cartel Primero de Mayo de 1907 en Lima |
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Cartel Primero de Mayo de 1907 en Lima |
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cartel anarquista Peru Abril 1913 |
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cartel anarquista Peru Abril 1913 |
Tiempos Modernos
La actividad libertaria no reaparece hasta
finales de la década de los 80, momento en que asoman en Lima grupos de
carácter musical con ciertas inquietudes políticas. Serían las primeras
expresiones del llamado "Rock Subterráneo", movimiento que tiene
muchas connotaciones con el punk. Estos grupos irán adquiriendo mayor
politización con el tiempo pasando el aspecto musical a un segundo plano,
dejando de ser un fin para convertirse sólo en uno de los medios posibles. En
esta época las guerrillas (MRTA y Sendero Luminoso) captarían, gracias a su
mayor propaganda y mejores infraestructuras y preparación, a militantes de
entre los simpatizantes libertarios de ese movimiento.
Las leyes antiterroristas limitarían también en
buena medida el crecimiento y desarrollo de esos grupos ácratas produciéndose
además entre estos cierta autolimitación con el fin de no ser identificados con
los grupos armados. En 1989 se crea la CAJA (Colectivo de Juventudes Autónomas)
que reúne a muchos de los integrantes del llamado "Movimiento
Subterráneo" y que sin ser abiertamente libertario (aunque con anarquistas
en su seno) tendría una vida efímera. A principios de los noventa aparecen
nuevos militantes que ya no parten de esa base musical que junto a los que ya
habían evolucionado desde el rock subterráneo crearán grupos más definidos,
teniendo gran influencia sobre ellos la propaganda libertaria que,
principalmente de España, les llegaría desde fuera. Surgen, siempre en Lima,
Autonomía Proletaria y Colectivización, ambos colectivos aún activos en la
actualidad. Autonomía Proletaria centra su trabajo en el campo
anarcosindicalista, aunque ya no vea en él un arma tan efectiva como antaño.
Realiza una labor de divulgación entre los trabajadores editando una
publicación que lleva por título el nombre de la organización, comentando a
través de ella todo lo relacionado con la lucha sindical tanto peruana como
internacional. En 1996 cambiarán su nombre por el de El Obrero al sentirse sus
miembros vigilados y vistos como "elemento extraño" por parte de
aparatos políticos.
Fuera de la capital y empezando por el norte
encontramos representación libertaria en Piura con el colectivo Reconstruir y
la publicación El Inconforme, además de fanzines y bandas musicales
"subterráneas". En Huánuco grupos ecologistas distribuyen material
alternativo y libertario mientras que en Huancayo flinciona Proyección Popular
y se publica el fanzine Reacciona que ya va por el número 12.
Al sur, en Arequipa está La Lucha y sale a la
calle la revista Yaiyarguarta, que en lengua quéchua quiere decir "la
sangre del pueblo", con alguna de sus páginas en esa lengua haciendo
recordar el trabajo que la Federación Obrera Regional Indígena del Perú
realizaría allá por los anos 20-30 sirviendo de nexo entre el
anarcosindicalismo peruano y el movimiento indígena campesino de esa zona sur
del país. En Arequipa también son numerosas las bandas musicales y los fanzines
contestatarios. Y ya en el Cuzco, la antigua capital de los incas, encontramos
el MAP (Movimiento Anarquista del Perú) que más que un movimiento se trata de
un pequeño colectivo editor de una publicación del mismo nombre.
Toda una amalgama de grupos y publicaciones que
tratan de coordinarse y lograr una mayor efectividad pero que se enfrentan a no
pocos obstáculos. Colectivización edita una revista de igual nombre y vincula
sus actividades a los ambientes universitarios, realiza balances históricos y
sociológicos sobre la actual coyuntura peruana planteando las ideas libertarias
con intención renovadora. Avancemos, es otro colectivo que pretende trascender
el aspecto musical que aún rodea a parte de los simpatizantes llevando la
discusión al terreno más político. Realizan conciertos, charlas, debates y
otras acciones cuyos beneficios se revierten en la organización de nuevas
actividades. Avancemos se convertirá poco después en la Coordinadora Sonidos de
Acción, agrupación que busca ser núcleo de un movimiento que de forma autónoma
se extienda por diferentes barrios de Lima y otras ciudades. La Coordinadora
imprime las publicaciones Barricada y Despiert@. Otros colectivos son Cambio
Radical (que actúa en la zona norte de la ciudad) y el grupo lkaria que
reivindican un anarquismo "nihilista". Existe una gran profusión de
fanzines (Buscando un camino; Cultura, y un largo etc.) y de grupos musicales
que simpatizan con las ideas, entre estos últimos destacan Autonomía,
Generación Perdida, Al Margen de la Ley, y Los Recios. Desde las universidades
se vienen organizando por parte de estudiantes con inquietudes diferentes
charlas sobre la Historia del Movimiento Obrero, González Prada y otros temas
con participación de compañeros libertarios. También hay simpatizantes entre
activistas de los derechos de los animales que periódicamente organizan
campañas contra las corridas de toros y por la liberación animal. Toda esta
actividad límena no es extraño que venga siendo realizada por parte de personas
que se repiten en varios colectivos por lo que no podemos hablar de una
cantidad ingente de militantes. El "Fujimorazo" de 1992 obligaría a
los compañeros peruanos a tomar sus precauciones. Los anarquistas están
catalogados según las leyes represivas peruanas como "terroristas
independientes" al no encajar en los "terrorismos" tipificados,
algo que puede conllevar rigurosas condenas carcelarias. Así los libertarios
locales se ven forzados a cambiar sus lugares de reunión, a ser discretos
cuando hablan de anarquismo, a cambiar de nombre de las publicaciones cuando
consideran que empiezan a ser detectadas y otras medidas en el mismo sentido.
Otro grave problema es la falta de locales donde reunirse, teniendo que hacerlo
en ocasiones en lugares públicos llamando una atención indeseada. Más
recientemente también sufren el "acercamiento" de los hasta hace poco
marxistas, leninistas, maoistas, etc. con el fin de sacar un rendimiento
político a su trabajo y de las ideas libertarias en general. A pesar de las
evidentes dificultades, los compañeros peruanos son optimistas en cuanto a su
trabajo y esperan llevar adelante las ideas que consideran más justas.
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